- Corrían los años 1940, 50,60 - La Escuela, era una escuela muy distinta a la de ahora. Era la escuela de la fotografía de Franco y José Antonio Primo de Rivera, aunque éste último fue desapareciendo de las paredes para dar paso a La Inmaculada Concepción.
En ella descubrimos que España limitaba al Norte con el mar Cantábrico, que los Pirineos nos separan de Francia, los principales ríos del país, aunque no supiésemos muy bien cuales eran los ¿Siete Pecados Capitales?, el ¿Credo? o que creyéramos que la Santa Madre Iglesia era una mujer.
"El Aula"
-Recuerdo cuando era pequeño que las clases comenzaban con la oración, una vez que todos los alumnos, tras saludar con el "Ave María Purísima" de siempre, habían ocupado sus lugares.
- Si el tiempo era muy frío, se comenzaba con el rito del encendido de la estufa. Una vez que alcanzaba una buena temperatura se colocaba una gran olla con agua y se le añadía la leche en polvo, sin parar de remover, esta faena la solían hacer los alumnos mayores, poco antes del recreo se repartía la leche en vasos que cada alumno se había traído de casa. En la sesión de la mañana se estudiaba siempre la materias pesadas, Matemáticas, Cálculo, Lenguaje, mientras D. Angel o Dª Benigna explicaba la lección del día, otros grupos realizaban las cuentas puestas en la pizarra, corregían los deberes, etc. Si el número de alumnos era alto, algunos mayores ayudaban de alguna manera a la labor del maestro.
Por las tardes, se trataban otras materias más suaves como Geografía, Historia, o Ciencias; y sobre todo, se hacía la lectura conjunta e individualmente.
Las clases estaban separadas rigurosamente, (los niños con los niños y las niñas con las niñas) ni en el recreo podíamos coincidir,
Por las tardes se repartían unos triángulos de queso (así lo llamaban) de color anaranjado, como merienda, se decía que era de América.
"El material"
El material que cada alumno llevaba a la escuela en un bolso de tela confeccionado en casa por la familia era el siguiente: una pizarra con su correspondiente pizarrín, un cuaderno de una raya, un lápiz, un cuaderno de caligrafía, una caja de lápices de colores “Alpino” cuando nos la traían los Reyes, el Catecismo, la tabla de multiplicar y la Enciclopedia, el que la podía comprar. Los libros de lectura eran comunes para todos y se compraban con cargo al exiguo presupuesto que para material nos daba el Ministerio. ¡Ah! la tinta se hacía en la escuela y se usaban las plumillas de “Corona”, como algunos recordarán. Pobre bagaje para tan compleja y delicada empresa.
Cuando llegaba el mes de mayo nos hacían llevar flores a todos, las cogíamos del monte o las afanábamos de algún jardín privado. Luego todos los alumnos en la clase cantábamos “Con flores a María”.
Y así, poco a poco, fue trascurriendo nuestra infancia.
- Por las tardes al salir de la escuela, pan y una onza de chocolate, era la merienda más común de los pequeños.
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